De los creadores de Shrek nos llega TROLLS, de DreamWorks Animation.
Una comedia inteligente, divertida
e irreverente acerca de la búsqueda de la felicidad, y de cuán lejos estarían
dispuestos a ir algunos por conseguirla. El filme transporta a las audiencias a
un mundo colorido y sorprendente poblado por los demasiado optimistas Troll —quienes
por cada paso que dan, bailan, y por cada palabra que dicen, cantan— y por los
divertidos pesimistas Bertenos, quienes sólo están contentos cuando tienen a
Trolls en sus estómagos. El filme también nos muestra
un mundo único inspirado en fibras, telas aterciopeladas, pieles, brillantina y
colores radiantes.
Las audiencias quedarán totalmente inmersas en este universo
táctil y seductor —los realizadores lo llaman una “inmersión vellosa”— que no
se parece a nada que se haya experimentado antes en cine.
Después, está el cabello —brillante,
peinados color caramelo de tamaños que desafían la gravedad; el sello
distintivo y mayor atractivo de los
Troll en todos lados.
TROLLS puede ser disfrutada por adolescentes al
ser un mundo único con personajes, música, humor, aventuras y colores
inolvidables; así como por adultos, para quienes el tema dominante del filme de
la búsqueda de la felicidad resonará por mucho tiempo después de que hayan
terminado los créditos finales.
De hecho, el mundo de los Troll, en el
que todos cantan, bailan y se abrazan, es todo acerca de la felicidad, que
impregna cada encuadre del filme. TROLLS
explora cómo tratamos a los demás, y, aún más importante, cómo nos tratamos a
nosotros mismos. Su mensaje cargado de emotividad es que la felicidad viene
desde dentro, y puede ser una fuerza poderosa e infecciosa cuando se esparce.
Esa es una idea poderosa y relevante, en
especial en el mundo actual, que ha cedido en gran medida a la negatividad,
miedo e inequidad. La historia de TROLLS
sugiere que cada uno de nosotros puede generar el cambio a través de
pensamientos y acciones positivas, mientras se hace hincapié en la importancia
de hacer lo correcto, incluso —o especialmente— cuando uno enfrenta retos
tremendos.